viernes, diciembre 08, 2006

Sin razones para la gloria

CUENTOS DE AGONÍA

Muerto por un frío acero,
vivia y me moría por aquellos días.

Moría y no era vida vivir en agonía.

Ladraban blasfemias las bestias,
injuriaban a mi suerte.

Y en tanto, las estrellas ya no estaban.

Mis luceros habian partido,
sin siquiera despedida.


No era más qué un muerto que no moría.






J/N


El cristo de San Juan de la Cruz

Salvador Dalí (1951)